La semana pasada se publicaba el informe “Las universidades españolas. Una perspectiva autonómica. 2015”, (versión completa aquí) estudio de la Fundación Conocimiento y Desarrollo que ofrece información sobre las características más relevantes del sistema universitario español por comunidades autónomas.
Esta Fundación analiza de forma sistemática la contribución de las universidades al desarrollo económico y social de España, y en este caso analiza las características más relevantes del sistema universitario, desglosadas por comunidades autónomas e instituciones, con referencia temporal, en términos generales, en el curso 2013-2014.
Hay algunos datos relacionados con la actividad investigadora y la protección de sus resultados en forma de patentes que invitan a la reflexión.
Teniendo en cuenta el número de patentes nacionales presentadas en el periodo 2003-2013 por las universidades españolas, como no podía ser de otra forma por su número y tamaño, se encuentran al frente del ranking Andalucía, Madrid y a cierta distancia Cataluña. La sorpresa viene cuando estas cifras se estudian de manera proporcional al Personal Docente e Investigador a jornada completa de cada universidad, pasando en este ranking La Rioja y Galicia a las primeras plazas, seguidas por Cantabria y Andalucía. Los últimos lugares son para Navarra, País Vasco y Canarias.
Haciendo un análisis parecido para las solicitudes de patente acogidas al procedimiento internacional PCT, en este caso para el periodo 2006-2013, los datos en cifras absolutas son parecidos, encontrándose Andalucía, Madrid y Cataluña a la cabeza del ranking, seguidas a corta distancia por la Comunidad Valenciana. Al hacer un estudio relativo de las cifras en función de sus recursos humanos, las universidades andaluzas mantienen la primera posición, seguidas por Cantabria y Galicia. En los últimos puestos encontramos esta vez a La Rioja, Canarias y Extremadura.
En cuanto a los datos de solicitudes nacionales de patentes, ya filtrados por el Personal Docente e Investigador asignado a cada institución, las tres primeras posiciones las ocupan las Universidades de Sevilla, Cádiz y Málaga, estando las dos últimas plazas ocupadas por la Universidad Pablo de Olavide y la de Granada.
En lo relativo a las PCT, repiten las mismas tres universidades aunque esta vez el orden es distinto: Cádiz, Málaga y Sevilla, siendo la institución gaditana la segunda en el ranking nacional en este apartado sólo por detrás de la Universidad Politécnica de Cataluña.
Nuestra querida, y a veces no bien ponderada, Universidad de Jáen, se encuentra en solicitudes de patentes nacionales en la décimo novena posición del total de 46 universidades públicas españolas analizadas, y en la décimo quinta en cuanto a solicitudes PCT. Ojalá Jaén apareciera siempre igual que aquí en la zona media de la tabla en otras estadísticas económicas, acostumbrados como estamos a viajar en el furgón de cola.
No aparecen en el estudio datos sobre cuántas de estas patentes analizadas están siendo explotadas de manera efectiva, bien a través de licencias o de empresas de base tecnológica de nueva creación. Este dato nos daría la auténtica medida de hasta qué punto las investigaciones de las universidades llegan al mercado y por tanto a generar una riqueza que compense el esfuerzo investigador. De poco vale presentar una solicitud de patente, máxime si no se pagan tasas, que al final queda en un cajón y sólo vale para engordar currículum.
Todos estos datos hay que analizarlos siempre con perspectiva y compararlos con la producción investigadora de grandes corporaciones privadas, cuya maquinaria de generación de innovaciones está mucho más engrasada y enfocada al mercado. Días pasados aparecían dos noticias cuya comparación hacía palidecer, aunque en este caso no se trate directamente de trabajos universitarios.
Más de 600 investigadores vinculados al Instituto de Investigación Biomédica de Málaga desarrollaron durante 2015 un total de 102 proyectos de investigación competitivos, generando 15 patentes, para cada una de ellas se habría empleado 40 investigadores de media. En el mismo periodo, Samsung presentó sólo en Estados Unidos 8.090 patentes, más de 22 diarias. Faltaría aquí contrastar los datos relativos, teniendo en cuenta los medios humanos empleados por el gigante coreano pero sirva como muestra esta diferencia y el camino que aún queda por recorrer.
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